THE EUCHARIST HELPS US LIVE IN WISDOM AND UNDERSTANDING

LA EUCARISTÍA NOS AYUDA A VIVIR EN SABIDURÍA Y ENTENDIMIENTO

Este vigésimo domingo del Tiempo Ordinario, las lecturas nos llaman a vivir con sabiduría y entendimiento. Cada palabra nos exhorta a buscar el verdadero alimento que tenemos en Jesús, el Pan de Vida, para vivir de una manera que agrade a Dios Padre.

En Proverbios (9,1-6) la Sabiduría se nos presenta como una Señora que ha alcanzado el nivel más alto y nos invita a un banquete donde nos da comida y vino mientras nos anima a vivir una vida llena de comprensión.  Esta lectura nos pide abandonar las tonterías mundanas y elegir vivir llenos de comprensión mientras la Señora Sabiduría nos llena de vida verdadera.

Pablo nos dice en Efesios (5:15-20) que vivamos con sabiduría, comprendiendo siempre la voluntad de Dios y evitando emborracharnos, expresando más bien alegría mediante la música espiritual y la constante gratitud a Dios. Pablo nos recuerda que cuando vivimos verdaderamente en sabiduría, comenzamos a comprender la voluntad de Dios en nuestras vidas. Pablo nos pide que seamos cautelosos con nuestra forma de vivir, aprovechando cada oportunidad para ser mejores. Además, nos anima a estar siempre agradecidos con Dios. Esta gratitud nos ayuda a vivir con un corazón satisfecho y gozoso porque reconocemos cada bendición que Dios Padre nos da.

Juan (6:51-58) nos cuenta cómo Jesús declara ser el Pan de Vida bajado del cielo y que nos ofrece la vida eterna mediante su Cuerpo y su Sangre. Jesús se ofreció como el mayor sacrificio por nuestra salvación. Por eso nos invita a comer de su Cuerpo y beber de su Sangre cada domingo, porque es lo único que nos llevará a la vida eterna. Esta promesa de ser eternos como Dios es el eje central de todas las lecturas, y encontramos a Cristo como el centro de todo.

Se dice que cuando bebemos en exceso, perdemos la cordura. Esto se debe a que perdemos la sabiduría para distinguir el bien del mal y, por lo tanto, no comprendemos nuestras propias acciones. Pero la Biblia habla de vino y banquetes en muchos pasajes. ¿Por qué? Porque las fiestas en la época de Jesús (e incluso en la nuestra) son la única oportunidad para destacar como "la mejor fiesta": la mejor música, la mejor comida y, por supuesto, las mejores bebidas para nuestros invitados.

Jesús siempre usó la imagen de una boda y una fiesta para representar la Reino de Dios porque Dios quiere darnos lo mejor: la mejor vida, la mejor sabiduría, la mejor manera de vivir en su Reino. Jesús convirtió el agua en vino en las bodas de Caná. Luego nos dice que el vino se convierte en su Sangre para salvarnos en la Última Cena. El entendimiento y la sabiduría son dones del Espíritu Santo. Y es a través de este Paráclito que comprendemos que solo alimentándonos con la Eucaristía mostramos nuestra gratitud a Dios, aceptamos su voluntad y nos alegramos de vivir una vida de amor a Dios, transmitiendo así ese amor a todos los que nos rodean.

ORACIÓN: Padre bueno y eterno, gracias por tu Hijo que sacrificó su vida por mí. Gracias porque su Cuerpo y su Sangre nos animan a vivir en este mundo lleno de envidia, dolor, guerras y falta de amor. Gracias por tu Espíritu Santo que me conforta. Te pido que me guíes por el camino de la Sabiduría para vivir con la comprensión de que es tu voluntad la que gobierna mi vida. Me entrego en tus manos para que cada minuto que viva en este mundo sea un reflejo de tu amor. Amén.

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