OREMOS EL ROSARIO / RECEMOS EL ROSARIO
OREMOS EL ROSARIO / RECEMOS EL ROSARIO
Tarjeta. Roger Mahoney
El Rosario nos fija en Cristo, en los cuadros evangélicos de su vida, pasión, muerte y resurrección. No solo con María, sino también, en cuanto nos es posible, como María, que es ciertamente la que ha pensado en Él más que nadie. Por esta razón, el Rosario nos coloca como en una situación de diálogo con la Santísima Virgen; hace que caminemos a un mismo paso con ella, lleva a recibir su encanto, su estilo de evangelio, su ejemplo educador y transformante.
El Rosario centra nuestra atención en Cristo en las escenas evangélicas de su vida, muerte y resurrección no sólo con María, sino también, en la medida de lo posible para nosotros, como María, que ciertamente conoce y comprende sus misterios mejor que nadie. De esta manera, el Rosario nos coloca en unión con la Santísima Virgen María. Nos permite caminar en su compañía, por así decirlo; y llegamos a conocer algo de su sabiduría, de su comprensión del Evangelio, de su manera de vivir la vida cristiana. En resumen, el Rosario es una escuela de cristianismo.